Se han hecho varios estudios de opinión tratando de averiguar cómo están los índices de popularidad del presidente Arévalo, las personas contestan porque cada vez que uno acepta hacer una entrevista o una encuesta, pues responde lo que le preguntan, pero al final la gente termina diciéndole al entrevistador «hasta no ver no creer», «al final todos son lo mismo y yo, si no trabajo no como».

La conclusión con los resultados del estudio en la mano es que las personas no votaron por el partido semilla y Arévalo porque creyeran que realmente iba significar un cambio. Votaron por él porque preferían hacerlo por alguien diferente que votar por más de lo mismo, sin embargo, la población no está esperando grandes cambios, no están esperando la panacea ni que termine su pobreza, tampoco creen que vayan a producirse cambios radicales, simplemente con no votar por los que les están o estaban robando por años es suficiente.

Un simpatizante del Movimiento Semilla muestra su respaldo al presidente Arévalo el 14 de enero de 2024 frente al Palacio Nacional de la Cultura en la Ciudad de Guatemala.📷 David Toro

Hoy la tasa de migración hacia los EE. UU. sigue siendo la misma y continúa en aumento. La gente no está esperando a que el gobierno de Arévalo cambie la situación económica, política y  social del país. Aquí la población sigue poniendo en riesgo sus vidas y haciendo el sacrificio de abandonar a sus familias y sufrir en carne propia todo lo que ser un migrante ilegal significa, antes que esperar a que las cosas cambien en Guatemala y en todo caso, si algo cambia, va a tomar mucho tiempo y nadie tiene tiempo que perder, el hambre no espera.

De acuerdo a la opinión de los que saben del tema, el equipo que el presidente ha nombrado es un buen equipo o por lo menos no es más de lo mismo. Claro que nombrar equipos no significa que las cosas vayan a cambiar o vayan a parar con  la corrupción de la noche a la mañana. Especialmente a aquellos equipos que son nuevos y que tienen que aprender antes de empezar a trabajar y que tienen que estudiar cómo encontraron la situación antes de tomar decisiones y que en todo caso tendrán que armar un plan de trabajo porque ninguno está preparado para un puesto de estos y mucho menos cuenta con un plan de acción.

La mayoría estuvo cuestionando por qué Arévalo se fue de viaje cuando hay tanto que hacer aquí. La Mayoría no entiende sobre la necesidad de abrir puertas a nivel internacional o lo importante que significa el haber ido a dar las gracias por apoyar los esfuerzos en contra de la intentona de golpe de Estado, la población piensa que como todos los presidentes, Arévalo se fue de viaje. Es decir, una cosa es la percepción de la gente y otra cosa es la realidad y lo que la gente percibe es que no ha habido cambios que marquen una diferencia significativa y es que desde que se conforma una comisión contra la corrupción y vemos quiénes la integran y qué están haciendo o qué piensan a hacer, ya sabemos que es algo que se necesita y que es urgente, pero cuántas veces la población ha escuchado hablar de hacer una comisión y que lejos de servir para algo, estas únicamente entrampan los procesos.

Hacer una comisión para apoyar la Ley de competencia siendo honestos, la gente no sabe ni qué es una ley de competencia, otra cosa sería se le explicara a la ciudadanía y demás mortales, vamos a aprobar una ley para que baje el precio de la canasta básica, como mínimo para que los productos de consumo diario tengan un precio más accesible, para que las medicinas puedan ser vendidas por cualquier empresa, ni siquiera entienden cuando se habla de evitar los monopolios, más bien tendrían que decir, vamos a evitar que una sola persona venda un producto para que esta no le ponga el precio que quiera.

En fin, la idea es despacio que voy de prisa. La población no está presionando, la población no espera cambios inmediatos, la población ni siquiera espera un cambio real, la población ya no tiene esperanzas de nada ni espera nada, quienes están a la espera de que haya un cambio real son quienes pertenecen a la clase política, la verdadera clase política que ha estado relegada de la toma decisiones durante los recientes periodos de corrupción intensiva que hemos sufrido. La nueva clase política quiere entrar a puestos de decisión y que por cómo se maneja el sistema no ha podido. El sector privado decente espera que haya reglas claras para poder trabajar y la comunidad internacional quiere invertir en un ambiente seguro y sí espera cambios para hacerlo en nuestra región o para dejar de tenerle miedo a una región tan pobre que además le he abierto las puertas al narcotráfico y al crimen organizado.

La mayoría de nosotros estamos concentrados en el día a día, en el trabajo, porque aquí el que no trabaja no come y en muchos casos hay quienes trabajan y no les alcanza ni para comer.