Padre Universal, si me preguntaras que necesitamos para esta Navidad, simplemente te respondería: ¡UN NIÑO!

Un niño, que abra caminos de bienestar para nuestro empobrecido pueblo;

Un niño, que nos traiga vida abundante y nos cuide como buen pastor;

Un niño, que sacie nuestra hambre y sed de paz con justicia y nos supla de tu condimento santo para poder sazonar a esta tierra desabrida;

Un niño, que examine nuestros templos y que, de ser necesario, voltee las mesas y nos libre de los mercaderes de la fe que se enriquecen en tu nombre;

Un niño, que anime al pueblo a encarar con valor, coraje y decisión al pacto de corruptos para defender la república y el sistema democrático de gobierno;

Un niño, que interfiera en nuestro peregrinar…Que altere las raíces de nuestro proceder y nos enseñe a vivir según tu buena nueva y año agradable y no de acuerdo a lo que oímos que fue dicho;

Un niño, que nos llene de luz, no para ponerla debajo de una mesa, sino para que alumbre a todos los que están en casa.

El bombero Héctor Chacón desciende en diciembre de cada año desde el puente ferroviario Las Vacas a unos 70 metros de altura para entregar regalos a los niños que viven en el asentamiento Jesús de la Buena Esperanza en la zona 6 de la Ciudad de Guatemala. 📷 Danilo Ramírez

Regálanos de nuevo ese niño.

Hazlo renacer en algún pesebre de nuestra patria. Ya sea en medio de la miseria de las aldeas de San Mateo Ixtatán, San Juan Atitán, Concepción Tutuapa, Chajul, Camotán o Jocotán… O entre aquellos que simplemente sobreviven por tu misericordia en los asentamientos humanos del departamento de Guatemala.

Ya sea en la esperanza de los desposeídos y marginados que sufren los estragos de la corrupción y la impunidad o entre aquellos que lo arriesgan todo por defender la libertad, la democracia, la justicia y la paz.

Estimado lector, en esta Noche Buena y Navidad les saludo en el nombre de aquel que vino a poner en libertad a los oprimidos.

Felices fiestas para usted y apreciable familia.