El subsecretario de Estado de los Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian A. Nichols vino a Guatemala a poner orden en el traspatio del imperialismo. Fue muy mesurado para plantear públicamente los intereses norteamericanos o, su posición visible y diplomática como carta de presentación. Por ningún motivo le conviene a Estados Unidos, inestabilidad política en la región, tomando en cuenta que ello obstaculiza sus planes expansionistas, la perdida de aliados como Guatemala se sumaría al descontrol sobre países que se salieron de su área de influencia, como Cuba, Venezuela y Nicaragua. De la misma forma como la creciente lucha antiimperialista y por la democracia de diversos sectores populares en la región, así como las posiciones de izquierda que ahora gobiernan varios países en América Latina.

El jefe de la diplomacia de Estados Unidos para América Latina, Brian Nichols se reunió con el presidente electo Bernardo Arévalo.

Aun así, demostró dureza ante la situación antidemocrática que se vive en Guatemala, por lo que advierte tener incidencia en el acontecer político del país y no descartó impulsar sanciones de grave impacto a manera de presión política y económica, lo cual no es una situación deseada para los sectores empresariales. También dejó entrever el distanciamiento que se estará produciendo con la administración dirigida por Alejandro Giammattei, el cual no aceptó reunirse con él, argumentando, no tratarse de un Secretario de Estado, es decir, no estar a su nivel político ni diplomático. De nuevo, el mandatario no entendió una vez más, los principios de las relaciones entre Estados. Nichols, argumentó que las posibles sanciones a Guatemala, son una herramienta que los Estados Unidos dispone, en una clara posición de fuerza, centrada en permanente imposición intransigente de la hegemonía norteamericana. Además, advierte que las sanciones de envergadura, no serán solo al país, sino que también a varios sectores, refiriéndose al pacto de corruptos y alineando a los empresarios. Plantea coordinar con autoridades internas influyentes para controlar a grupos sectoriales que podrían tratar de alterar los resultados electorales.

Ese tipo de sanciones, ya se están padeciendo, no por las mismas causas,  en los países que optaron por tener toda su soberanía y autonomía. En América Latina, los EE.UU., agreden y desestabilizan los regímenes de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil y Nicaragua;  países que se negaron al saqueo de sus recursos y en su lugar establecieron regímenes políticos y económicos propios, los cuales se enfrentan al imperio del Norte, estas naciones impulsan sus propios mecanismo de integración. En 2014, en la reunión de mandatarios, defendieron la integración “como concepto estratégico para el futuro de la región, así como la soberanía de los países latinoamericanos y caribeños sobre sus territorios y recursos naturales”. También aprobaron  la resolución donde declaran a América Latina “como zona de paz”. Se debe tomar en cuenta que la consolidación de la paz, se consigue solo a través del fomento del desarrollo económico, la justicia social y la protección de los derechos humanos, la buena gestión pública, las buenas relaciones internacionales y el proceso democrático, no mediante su destrucción o sometimiento a ninguna potencia.

En la agresión a Venezuela, se desarrolla una gran campaña mediática de manera permanente, contra la “dictadura” del régimen venezolano. En el trasfondo de la intensión imperialista, plantearon a las claras apoderarse de las reservas de petróleo más grandes del mundo. Ello mediante una escalada de todo tipo de agresiones hasta la intervención militar. Tómese en cuenta que: “toda guerra es por los recursos”.

El traspaso de la presidencia y garantizar que no se produzca una destrucción del evento electoral, es la posición visible y diplomática como carta de presentación del subsecretario Nichols.  De la misma manera, en un comunicado conjunto de la Unión Europea y EEUU, se expuso que el subsecretario Brian A. Nichols, la administradora adjunta Marcela Escobari y el director general de la Unión Europea, Brian Glynn, manifestaron serias inquietudes por intentos de alterar los resultados electorales, lo que podría complicar la transición pacífica de poder al presidente electo.

Esa posición política, o presión directa, de los Estados Unidos, se ha mantenido en las declaraciones del Departamento de Estado de los Estados Unidos, y el subsecretario Nichols las manifiesta en su visita. Forma parte de los argumentos que plantean que no se produzca una eliminación de los resultados electorales y se produzca la toma de posición del nuevo gobierno. Brian Nichols, subraya el fuerte interés de Estados Unidos en asegurar una transición de poder ordenada, evitar extremismo en las cortes y en el Ministerio Público.

Aún así, la presencia de Nichols, provocó el rechazo de la derecha fascista, como la Liga Pro Patria, Guatemala Inmortal y la Fundación Contra el Terrorismo, entre otros, cuyos representantes en un comunicado de prensa manifestaron que declaran non grato al funcionario estadounidense con el argumento de que su presencia tiene la intención de chantajear a las autoridades legítimas, en referencia al actual gobierno. Y sobre el gobierno electo estos ven todo tipo de acciones progresistas, como comunismo, manifestando además, estar en contra de los que están en contra y en contra de los que están a favor.