El 21 de diciembre, dejó este plano terrenal la escritora, periodista y presentadora de televisión mexicana Cristina Pacheco. Además, eterna compañera de su amado José Emilio Pacheco, uno de los escritores más importantes de Latinoamérica.

Cristina tuvo una pluma prolífica entre libros de narrativa, periodismo y obras infantiles. Sin embargo, su carrera de presentadora del programa Aquí nos tocó vivir, del Canal Once del Instituto Politécnico Nacional, que duró 45 años (de 1978 al 16 de diciembre de 2023), la hizo más cercana al pueblo mexicano.

Era una periodista intrépida, vivaz, curiosa, pero sobre todo respetuosa y humana. Durante el recorrido de esos 45 años supo hilar el complejo tejido social de una sociedad tan grande y diversa como la de la Ciudad de México. Logró acceder a las vecindades estigmatizadas por el miedo; entrevistar a las personas con los oficios más humildes, o a las mujeres de la periferia de la ciudad, quienes le confesaban sus apuros; también al mesero de las cantinas o restaurantes tradicionales del centro de la ciudad que deleitaba al televidente con anécdotas curiosas de sus clientes. También supo desvelar la frágil situación de la infancia de los barrios bravos.

Entre la variedad de temas era palpable el compromiso social que tenía con sus entrevistados, como el emblemático programa que llevó a cabo después del terremoto del 19 de septiembre de 1985 en las afueras de un taller textil, donde las costureras, después de la tragedia de perder bienes, compañeros de trabajo e incluso familiares, exigían la indemnización que los patrones les negaban dar por la situación que en ese momento atravesaba el país. Este capítulo se puede encontrar aquí y destacan en los comentarios los testimonios de los hijos de las entrevistadas; esto demuestra la importancia del trabajo periodístico de Cristina, pues hizo la crónica necesaria y el trabajo de memoria para comprender el lado humano de la gran Tenochtitlán.

Descansa en paz, Cristina, que tu viaje sea pleno como fue tu vida. En esta tierra recordaremos tus programas que veremos una y otra vez o leeremos tu columna Mar de Historias que escribiste durante 37 años en La Jornada, para seguir encontrando nuevos detalles de tu vida y tu amada Ciudad de México.