La desnutrición y la hambruna no se combaten haciendo encuestas. Las estadísticas existen desde hace mucho tiempo, y se conoce de sobra, que Guatemala es un país sobre diagnosticado. Los problemas sociales, económicos y políticos, son por demás conocidos y se vienen arrastrando de siempre. Son problemas que existen desde la Colonia y desde que se creó el Estado de Guatemala. Cada gobierno de turno realiza sus propias encuestas para conocer los problemas de los guatemaltecos, pero en eso queda.

Según anunció el Gobierno pasará un año más, todo 2022, sin realizar una nueva Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil, ENSMI, que sirve para actualizar indicadores de desnutrición crónica infantil, entre otros datos de salud. También porque el Ministerio de Salud Pública, no ha conformado el Equipo Técnico de la ENSMI, y el inicio del proyecto sólo está “en conversaciones”. Giammattei prometió que trabajaría para combatir la desnutrición, pero que contradicción, el Ministerio de Salud sostiene que la ENSMI depende de las donaciones que realice la cooperación internacional.

Se reconoce que los gobiernos no tienen estrategias ni programas para enfrentar la desnutrición, porque toda estrategia debe enfrentar los intereses económicos de terratenientes, empresarios, comerciantes y los propios gobiernos. En Guatemala existen siembras extensivas de caña de azúcar, café, palma africana y otras siembras menores. Todos esos productos se siembran en la mayor cantidad de las tierras más fértiles del país, y tienen la característica que se producen principalmente para la exportación. Ningún producto es alimento para la sociedad guatemalteca, en un país donde existe la hambruna y desnutrición infantil, y que se ha transformado en un mal endémico. Ese problema, además, ha dado origen a problemas irresolubles, dentro de la tenencia y uso de la tierra.

Guatemala, es el país de América Latina con la tasa más alta de desnutrición crónica, en niños menores de 5 años, lo cual es particularmente alarmante y es una de las más elevadas del mundo, con un 49%. En algunas zonas rurales, alcanza el 80%. El país es actualmente es sexto país del mundo con peores índices de malnutrición infantil. Desde los años 60 con estudios del Estado, se conoció que 6 de cada 10 guatemaltecos menores de 5 años padecían de desnutrición crónica o retardo del crecimiento, y también se evidenció una marcada diferencia entre las poblaciones rurales y urbanas. Se debe indicar que cerca de dos millones de menores de 5 años, según el Censo Poblacional del 2018, representa el 14% de los guatemaltecos.

Fotografía de Daniele Volpe

El 75% de muertes de niños por desnutrición aguda durante el 2021 se produjo en Alta Verapaz, departamento que encabeza la lista de inseguridad alimentaria de los últimos cinco años. Lo cruel es que el problema se ha reducido a números, son niños que han muerto como consecuencia de varios factores, entre los que destacan la pobreza, la inseguridad alimentaria y el escaso acceso a servicios de salud en territorios lejanos, donde la ausencia del estado agudiza el problema.

Según las estadísticas existentes, alrededor de tres millones, setecientos treinta mil guatemaltecos se encuentran en el rango de la inseguridad alimentaria. La Organización Mundial de la Salud, OMS, recomienda a los estados que inviertan un 6% del Producto Interno Bruto, PIB, en Salud. En el país, la inversión apenas llega al 1%, y en ese aspecto, Guatemala es el país de América Latina con la menor inversión en Salud. A pesar de ello, el Ministerio de Salud, es el segundo con mayor asignación presupuestaria, pero en 20021, fue uno de los de menor ejecución, con un 85.6% de los Q13.2 mil millones asignados, a pesar de la urgencia nacional provocada por la pandemia

Toda esta información de la encuesta retardada de la ENSMI, se da a conocer a pocos días de iniciar el tercer año de la gestión de Giammattei. Recordando también que este año es pre-electoral, y todos los esfuerzos estarán volcados hacia construir y posicionar nuevos partidos políticos, celebrar asambleas, desarrollar el trabajo de organización política, crear alianzas, ubicar candidaturas, y trabajar para conseguir las mejores posiciones de elección.

Se debe recordar que, en el tercer año de gobierno, se estarían produciendo los resultados de las políticas públicas iniciadas en el primer año. Todo indica que el tercer año se pasará en blanco y será hasta el cuarto año en que se podrá construir una estrategia para combatir el hambre y la desnutrición, en otras palabras, se pasó todo el gobierno sin aplicar ninguna estrategia y sin tener resultados para combatir el hambre y desnutrición, principalmente de los niños guatemaltecos.

Fotografía de Daniele Volpe