La invasión mercenaria de la “liberación” en 1954, eliminó las conquistas de la revolución y la consolidación del sistema democrático. De haber continuado, hoy el país sería próspero, desarrollado y la población, constituida por los sectores populares, gozaría de grandes beneficios. Se eliminaron las instituciones que impulsaron las políticas, leyes, programas y proyectos de beneficio social. La tierra se les arrebató a los campesinos, que fueron beneficiados por la Reforma Agraria, y en la mayoría de casos, se utilizó la fuerza contra aquellos “agraristas” y el asesinato, de sus dirigentes y líderes. Ello dio origen a la resistencia organizada, como respuesta de la población, contra el autoritarismo y represión, del gobierno de Carlos Castillo Armas, que encabezó el llamado Movimiento de Liberación Nacional.

Guatemala fue víctima de la estrategia impulsada por Estados Unidos, contra el Comunismo. Este planteaba que cualquier país del continente que cayera dentro de la “órbita del comunismo,” sería una amenaza para su seguridad. De esa manera impuso la Doctrina de la Seguridad Nacional, DSN, planteando que el comunismo era una amenaza externa, que se debía extirpar internamente, no importando eliminar a los grupos sociales opositores. Por esa razón, la Agencia Central de Inteligencia, CIA, organizó, financió y dirigió un grupo de mercenarios, concentrado y armado en Honduras. Aprovechó el sometimiento del ejército guatemalteco, la posición entreguista de la oligarquía y de la burguesía nacional, apoyando el golpe de Estado contra el presidente Jacobo Árbenz. La Revolución Democrática, que pretendía modernizar el país, sacarlo del régimen semifeudal y consolidar el sistema capitalista; nunca fue una amenaza real para la “seguridad” de los Estados Unidos, como se hizo creer por medio de intensas campañas mediáticas en el continente.

La “liberación”, acuñó muchas mentiras que han perdurado hasta la actualidad, difundidas por la derecha fascista, las dictaduras conservadoras y la contrainsurgencia, justificando de esa manera la lucha contra el comunismo. El Departamento de Estado de EE.UU., por fin las aclaró.  En 2003, durante dos días, Washington presentó una serie de conferencias y documentos desclasificados en los que oficialmente la CIA, reconoció haber dirigido y financiado el derrocamiento del presidente Jacobo Árbenz. También aceptaron la existencia del “manual de asesinatos” que se distribuyó por aquella época a los agentes de la CIA destacados en Guatemala. Esos manuales fueron utilizados por instructores norteamericanos, en la capacitación y entrenamiento de los esbirros locales, en las técnicas de tortura, asesinato y desaparición forzada, con las que se reprimió la oposición al régimen.

📷 Rodrigo Moya

Fue la “liberación”, la que dio inició a la guerra en Guatemala, al entrar destruyendo las conquistas de la revolución, la institucionalidad y eliminado a sus dirigentes, y que utilizó las armas contra el régimen democrático. Dio inicio la persecución, el encarcelamiento, la tortura y las ejecuciones extrajudiciales contra los sectores populares y oposición. Se impulsó la contrainsurgencia, sin que en ese momento existiera la insurgencia.  Además, el cierre de los espacios políticos, de participación, la exclusión, marginación, la intolerancia, el incremento de la pobreza, la represión política, y el regreso de las dictaduras, fueron factores que contribuyeron, a que la resistencia buscara nuevas formas de lucha. La lucha armada formó parte de la agudización de la lucha política, realizada por otros medios, las armas, al haberse cerrado todos los canales y espacios de expresión popular. La inconformidad del pueblo guatemalteco, fue creciendo, hasta llegar a formas violentas de manifestación política. Marzo y abril de 1962, fue una expresión del descontento popular, cuando la población ganó las calles para luchar contra el régimen corrupto e impopular de Miguel Idígoras Fuentes, enfrentándose a las fuerzas represivas con piedras, mientras el ejército y policías les disparaban con ametralladoras, provocando matanzas y un gran costo social.

La lucha armada, fue una respuesta a la estrategia implementada en el país por EE.UU. La transformación de la resistencia en lucha armada, no fue casual, una fue consecuencia de la otra. Por ello, un gran dirigente revolucionario dijo: El camino de la lucha armada no es el camino que hayan escogido los revolucionarios, sino el camino que los opresores le han impuesto a los pueblos. Y los pueblos entonces tienen dos alternativas, doblegarse o luchar”.  El heroico pueblo de Guatemala decidió luchar.

La guerra en Guatemala, no dio inicio con el levantamiento del 13 de noviembre contra el régimen. Este levantamiento constituyó solo una nueva forma de la lucha, que adoptó el ya existente movimiento de resistencia, iniciado por los sectores democráticos, progresistas y revolucionarios. Fue un aporte que dio respuesta a la búsqueda de nuevas formas de lucha, fortaleciendo al movimiento revolucionario. Fue el comienzo de una gran turbulencia política, y en los años 60, cuando el país aún se encontraba bajo el dominio militar, un grupo de oficiales del Ejército, descontento por el entreguismo y la corrupción del gobierno, se propuso darle golpe de Estado.  Así aportó el MR-13 a la insurrección, que dio lugar a una guerra civil, y sin que se lo propusieran, se extendería por 36 años.