Sobre la Seguridad, una de las funciones básicas del Estado, los candidatos de los partidos de la derecha fascista, consideran que las políticas para combatir la violencia y la delincuencia, impulsadas por el presidente de El Salvador Nayib Bukele, se deben aplicar en Guatemala. Tratan de imponerlas en sus programas de Gobierno, no solo porque se acomodan a su mentalidad autoritaria, o, porque utilizan las formas con las que siempre han reprimido a la población.

El proyecto Bukele, puede que de momento funcione en El Salvador, dadas las características propias del vecino país, por sus condiciones económicas, políticas y sociales, en que se enmarque esa política de gobierno. También se incluye la visión que se tenga sobre la aplicación de la Seguridad y el Poder Coercitivo o utilización de la fuerza, para logar el dominio político utilizado desde el Estado. Es evidente, como lo demuestra la historia, que el recurso exclusivo del Poder Coercitivo, como medio para la dominación no es suficiente, al imponer un desgaste continuo que afecta los intereses de la misma dominación. No corresponde a los guatemaltecos evaluar la situación salvadoreña, pero si lo que pretenden los candidatos guatemaltecos.

Se comete un error al querer copiar mecánicamente esa política, y trasladarla a Guatemala, sin considerar las condiciones propias del país, distintas a la realidad de El Salvador. Las condiciones en Guatemala son propias de su desarrollo sociopolítico, y aunque se aplicara ese modelo, nadie podría asegurar que sería efectivo. Se condenaría la violación a los Derechos Humanos y sus consecuencias, sería improductivo por la cantidad de recursos que se emplearían. Sobre todo, se estaría demostrando la falta de creatividad de la derecha, que no plantea nada nuevo, pero, se identifica con los mismos métodos represivos aplicados desde hace 70 años.

De llegar a la presidencia, estarían demostrando ser un gobierno débil, al no cumplir con las funciones básicas propias del Estado, recurriendo al uso de la fuerza para poder tener el control político de la sociedad. Se demostraría que el Estado fuerte no es el que más efectividad tiene en su capacidad de ejercer el uso de la fuerza o poder coercitivo, sino el que menos necesidad tiene de utilizarlo, como recurso para alcanzar legitimidad y gobernabilidad.

No se toman en cuenta las resoluciones de la ONU, cuando plantea el impulso de la Seguridad Humana, políticas de seguridad preventivas, o implementar el modelo de la Seguridad Democrática en la región. Destaca la visión que la mayoría de los candidatos tienen sobre la seguridad, que la violencia y la delincuencia se resuelve aplicando «Mano Dura», con más cárceles, más soldados y policías, con una inteligencia utilizada para el control de la población y sus organizaciones sociales consideradas terroristas o delincuentes, así como la aplicación de la pena de muerte, prácticamente instalando un Estado policial. No se está diciendo que no se castigue al delincuente, pero no se toman en cuenta las medidas socioeconómicas para evitar la delincuencia. No se toman en cuenta las Políticas de Desarrollo, que garanticen a la sociedad mayor bienestar, sobre eso no plantean ninguna política o inversión. La inseguridad se combate con políticas de desarrollo, donde la sociedad logra satisfacer sus necesidades de todo tipo; económicas, sociales, políticas, culturales, etc.

Fotografía de David Toro

La candidata presidencial de la alianza Valor-Unionista, Zury Ríos, viajó a El Salvador, para codearse con Bukele. Para desarrollar una alianza en la aplicación de medidas duras contra la delincuencia y la violencia. Pero en el vecino país nadie la recibió, ni en el Organismo Legislativo, tampoco en el Judicial, mucho menos en el Ejecutivo. Según medios, quería “colgarse” de la fama de Bukele, al igual que, cuando criticó al presidente mexicano Manuel López Obrador, con respecto a la solidaridad con César Montes. No se construyen Relaciones Internacionales, con faltas de respeto, y con un discurso confrontativo. Ella pretendía catapultarse, al construir una imagen de lideresa política para alcanzar la presidencia del país. Esa visita y el trato al presidente mexicano, fueron consideradas, como acciones equivocadas y desesperadas, que se suman al fracaso y declive de su actual campaña electoral y a futuro, de su posible muerte política.

Fue una visita muy imprudente, porque no tomó en cuenta que su padre, Efraín Ríos Montt, quien llegó a gobernar el país por medio de un Golpe de Estado, fue enjuiciado y condenado a 80 años por Genocidio. Ese caso no se puede borrar de la conciencia política ni de la Historia de Centroamérica, aunque se haya recurrido a ilegalidades y tecnicismos, para anular la condena. En El Salvador, están frescos los Crímenes de Lesa Humanidad cometidos por su derecha contrainsurgente, a la que tampoco le convienen semejantes alianzas con los genocidas guatemaltecos.

Fotografía de Fernando Chuy