Durante los últimos años tanto en medios de comunicación como en universidades, la Comisión de Educación del Congreso de la República y en foros auspiciados por centros de investigación se ha discutido el tema de la formación inicial docente, en los cuales se ha evidenciado la falta de consenso sobre cuál debe ser la mejor opción para implementar la formación de los docentes de preprimaria y primaria en el país.

Este es uno de esos temas que dividen a la opinión pública, es un tema complejo y delicado de tratar, por lo que se hace necesario que profesionales con la expertiz correspondiente, participen en el análisis y la construcción de propuestas, sustentados en la idiosincrasia  nacional, en experiencias exitosas de otros países y en la teoría pedagógica, lo anterior permitirá formular un proyecto realista y de consenso entre los diferentes actores sociales, económicos y políticos interesados en la educación nacional.

El tema de la formación inicial docente está ligado a la calidad educativa, debido a que en ellas se forman a los futuros formadores, quienes deberán estar constituidos de un excelente acervo social-humanístico, científico y tecnológico debido a que tendrán bajo su responsabilidad la formación de las generaciones venideras que asumirán la difícil tarea de dirigir los destinos de nuestro país. Ante esta situación nos preguntamos ¿Qué tipo de ciudadano necesita formar Guatemala? ¿Qué tipo de sociedad necesitamos construir? ¿Queremos continuar en el nihilismo como hasta ahora, o darnos una oportunidad como país? Es entonces cuando entendemos la dimensión del problema en el que orbita la formación docente.

Pienso que todos coincidimos en la importancia de la calidad educativa, tomando en consideración que la educación es la base del desarrollo, también convenimos en que el maestro es fundamental en ese anhelo de lograr la calidad de la educación y que, entre otras virtudes incorporadas en el maestro, está la de ser un modelo, un líder que inspire a sus alumnos en ese proceso de mejoramiento continuo.

La formación inicial docente es una acción estratégica del Estado, en consecuencia, debe estar dirigida por el Mineduc. Mucho se ha escrito y hablado de que la calidad educativa mejoraría si la formación de maestros la realizan las universidades, pero, la educación media la realizan maestros con pregrado o grado universitario y los resultados de las evaluaciones realizadas por el Mineduc, la Usac y organismos internacionales son deprimentes y frustrantes, por lo tanto, se desvanece el criterio de que la calidad educativa mejoraría trasladando la responsabilidad al nivel terciario.

El Mineduc debe aceptar los errores cometidos en este proceso y tratar por todos los medios de rectificar. Cada cohorte que iniciaba la carrera de magisterio contaba con un promedio de 80 mil estudiantes y se graduaban alrededor de 23 mil cada año. Hoy en las primeras 5 cohortes han egresado 4,245 estudiantes y la matrícula es menor cada año. El haber iniciado el traslado de la carrera de Magisterio al nivel terciario fue imprudente y apresurado. Se sustituyó la carrera de magisterio por un Bachillerato con orientación en educación, cuya malla curricular no cuenta con la carga pedagógica (2 cursos) para ser la base de un profesorado universitario en primaria. Es un Bachillerato que fracasó.

En esta tesitura política, se tiene la gran oportunidad de hacer un parteaguas, elaborar un diseño curricular que le brinde a la sociedad guatemalteca un modelo de maestro congruente con los avances educativos, científicos y tecnológicos del siglo XXI, con un enfoque socio-crítico o socio-formativo, con la incorporación de las tecnologías de información y comunicación y con un compromiso ético con la niñez y adolescencia guatemalteca.

 

¿Una Escuela Normal Superior es posible? 🏫

Cada año deberá someterse a varios tamices este debate. Deberá considerarse que este tipo de Normal Superior acogerá a los mejores estudiantes luego de un proceso de ingreso. Porque los que estudien magisterio deberán ser los mejores. Porque en sus manos estará el futuro de nuestro país.

Una Normal Superior a tiempo completo (de 7:30 a 16:30); con 4 años de duración; se iniciaría con 4 Escuelas Normales Rurales y 8 Escuelas Normales Urbanas; se contaría con una Escuela Normal Superior en Educación Física, Educación Musical y Producción y Emprendimiento; con profesores con grado académico de licenciatura y maestría; contratados como profesionales por 8 horas; con un plan de estudios que contemple inteligencia emocional, inteligencia artificial, lenguaje, matemáticas, neuro-educación, inglés, computación, antropología, psicología y una carga académica considerable de pedagogía; será una condición sine qua non el convenio educativo con las universidades que acreditarán el último año de la carrera con la entrega de un diploma que les servirá como base para incorporarse a continuar sus estudios en pedagogía o cualquier carrera afín.

Los estudiantes recibirán una beca económica, equipo electrónico digital, se contará con infraestructura digna, mobiliario y equipo didáctico de alta gama para que se formen con calidad. Pienso que si es posible una Escuela Normal Superior bajo la rectoría del Mineduc.  Será la escuela insignia de la educación nacional.

Los partidos políticos que estarán en la segunda vuelta en estas elecciones generales tendrán el desafío histórico de hacer una transformación profunda en la formación inicial docente en Guatemala. Solo hace falta voluntad política.