Aldea Campur, Alta Verapaz, diciembre de 2020. Fotografía de Carlos Alonzo

La comunidad de Campur es de origen q’eqchi’ y se encuentra a 49 kilómetros de Carchá, Alta Verapaz. Antes del desastroso paso de las tormentas Eta y Iota en noviembre pasado sus habitantes se dedicaban mayoritariamente a la agricultura, específicamente al cultivo de maíz, cardamomo y café.

Fotografía de Carlos Toc

Producto de las tormentas la vida en la comunidad cambió radicalmente luego que esta se inundara e hiciera prácticamente imposible desarrollar las actividades diarias pues la mayoría de sus habitantes abandonó sus casas y se trasladaron a vivir a albergues y casas en comunidades cercanas.

Hoy el agua ha descendido, pero los comunitarios creen que todavía tomará varios días para que la inundación desaparezca por completo y se pueda conocer con mayor detalle el daño que sufrieron las viviendas en su infraestructura.

Aunque ya hay áreas en donde podría comenzar a cultivarse, los comunitarios informan que la tierra no se puede sembrar a raíz de los sedimentos arrastrados por la corriente y estos dañaron el terreno. Ahora están esperando la llegada del verano para poder tener alimentos suficientes.

Aldea Campur, Alta Verapaz, febrero de 2021. Fotografía de Carlos Alonzo

LA AYUDA TODAVÍA ES NECESARIA

Muchas familias de Campur todavía están viviendo en albergues y sobreviven gracias a la ayuda humanitaria de buenos samaritanos que han estado trasladando víveres y artículos de primera necesidad. Las familias que han regresado a sus hogares se han topado con el grave deterioro de sus viviendas que ha complicado el habitarlas.