Políticos de partidos tradicionales, entre ellos muchos diputados que durante décadas han trabajado en favor de brindar privilegios a los grupos ligados con la corrupción o el crimen organizado, hoy se han transformado en adalides de aquel estado de Derecho al que tanto criticaron o contra el cual actuaron reiteradamente.

A partir de la toma de posesión del nuevo gobernante y de las otras autoridades elegidas, se ha producido en el país una situación inusitada, pues como ya se dijo en el párrafo anterior, ahora muchos de los que venían siendo señalados por graves delitos de corrupción por los actuales diputados del Movimiento Semilla, hoy se han convertido en los protegidos e incluso son adulados por el nuevo oficialismo.

No hay que olvidar que esas alianzas coyunturales y por intereses políticos no duran, especialmente cuando algunos de los que están por conveniencia pronto quedaran en evidencia y volverán a hacer sus tradicionales negocios sucios, en donde evidentemente prevalecerán sus intereses personales en busca de enriquecerse o por mantener las cuotas de poder en determinas áreas geográficas, entiéndase esto como el seguir siendo los caciques de algunos departamentos o municipios.

Las alianzas son importantes, sin ellas habría ingobernabilidad, la prioridad debiera ser contar con una agenda en la cual se priorice el plan de trabajo propuesto por el partido de gobierno, el apoyo o no de esa agenda, permitirá establecer quiénes están por voluntad, vocación y porque tienen interés en trabajar por la población.

Recordemos que la expectativa de la ciudadanía por un buen gobierno es alta, pero así como hay apoyo, el mismo podría terminar si la sociedad se siente defraudada y esas caídas pueden llegar a ser muy dolorosas, porque representará el rechazo a una tendencia ideológica, la que podría quedar enterrada durante muchas décadas, pero si por el contrario se impulsan cambios estructurales y se mantiene una agenda, el agradecimiento de la población se mantendrá y se fortalecerá.

Urge que haya un tercer gobierno revolucionario, el cual llega siete décadas después, pero que a pesar del tiempo pueda retomar aquellos aspectos que fueron parte nodal de quienes impulsaron la revolución. No será necesario recurrir a medidas extremas que en aquel momento propiciaron la invasión por parte de mercenarios financiados por Estados Unidos, pero si de pensar en un desarrollo integral, en que se tome en cuenta a los mas necesitados.

Quienes estén limpiándose la cara con estos cambios nacionales, demostrarán si lo hacen con voluntad o no, al apoyar esas transformaciones de beneficio colectivo.

Julio Héctor Estrada Domínguez del bloque Cabal es juramentado como diputado.