Lo sucedido esta semana en el Congreso de la República me obliga a salir de las sombras y romper mi ayuno intermitente. Si uno quisiera pastores evangélicos en el hemiciclo estaría más o menos bien representando con la diputada Shirley Rivera y el disfraz de vístima que se puso ayer durante la sesión plenaria.

La diputada de Vamos, Shirley Rivera

Aprovecho la atención que amablemente me prestan esta mañana al abordar esta unidad del transporte de información para pedirles por el amor de Dios a mis colegas columnistas y cualquier otro mortal que se atreva a exponer ideas hacia las muchedumbres, que ya dejen de estar escribiendo “grandes mayorías”, si quieren hacer énfasis en sus artículos sobre que se refieren a un vergo de mara, les sugiero que mejor hagan uso de esta frase: “abrumadora mayoría”.

Luego de esa pequeña pausa publicitaria pasamos a continuación al punto nostálgico de esta columna. ¿Hubo en algún momento de la historia política de este país verdaderas discusiones subidas de tono en medio de debates de altura que al final permitieron negociaciones en beneficio de las clases más desfavorecidas? La respuesta probablemente sea sí y por eso hoy algunos sufren con el IGGS, el Código de Trabajo y la autonomía universitaria, lo triste es que eso fue hace más de 70 años. Lo que hoy se observa es politiquería pura y cruda, donde se piensa que todo puede resolverse sobre un cuadrilátero a puño limpio, pero no Esduin, ya agarrá onda ya, la vida no es Chivarreto.

Los diputados y diputadas quieren sus minutos de fama y saben que para mantenerse en tendencia deben hacer buen uso de su imagen a través de las redes sociales, ya casi no necesitan a la prensa dicen y hoy pueden hacerse virales proponiendo leyes absurdas solo para levantar polvo. Y es que si ves a una diputada conservadora montada en una motocicleta de cross haciendo una guanaca en medio del hemiciclo, creo que hasta las neofeministas se sorprenderían y dirían algo así como “qué buen manejo de la cuerpa, me llega esa doña”, pero nel, a ella lo que menos le importa son las mujeres y sus cuerpos. Triste es ver que ahora las diputadas de Semilla andan haciendo eco de ese discurso mamón. Sería verdaderamente decepcionante verlas de la mano un día con las de Vamos; pero, como se han visto muertos acarrear basura, no deberíamos descartar esa posibilidad.

Es cierto que los comentarios del diputado del bloque VOS fueron bastante desafortunados, pero no permitamos que nunca nadie nos robe la alegría de ponerle apodos a la mara. En un mundo maravilloso nadie habla de los cuerpos de las mujeres. El “¡Vos, Inés!” siempre será chévere. Éramos felices y no lo sabíamos

P. d. Quizás algún día se legisle a favor de aprobar una ley que reconozca la adicción a las redes sociales como un problema de salud pública, mientras eso pasa, atásquense que hay lodo.

P. d. 2 Dass Ross, amigo de la infancia me sugirió «La Piñata» de Los Tucanes de Tijuana, siento que pega bien una rolita así para poner a zarandear los parlantes.