El nuevo estupefaciente es de origen artesanal y ya está circulando en la Ciudad de Guatemala, específicamente en bares y discotecas de la capital.

La sustancia ha sido identificada por la Policía Nacional Civil (PNC) como droga “pollo” y según investigaciones de las autoridades su producción y distribución está realizándose desde los centros carcelarios del país.

El director adjunto de la PNC agrega que se ha observado que los adictos a esta nueva droga mueren desfigurados, el cráneo y el tórax se les comprimen y fallecen derivado de infecciones intestinales por las bacterias que contienen los excrementos de estos animales (salmonella, E. coli o campylobacter, entre otras).

Según el director adjunto de la PNC, David Boteo, la elaboración de está sustancia adictiva inició en la Granja Penal Pavón, donde los reclusos mezclan mariguana con excrementos de gallinas para la fabricación de puros que cuestan entre Q5 y Q10 quetzales.

Según Boteo (quien no tiene estudios médicos) los efectos de la droga “pollo” son similares a los provocados cuando las personas consumen crack, los niveles de adicción son bastante fuertes y provoca graves daños en el organismo.

 

Mayra Motta, directora del Laboratorio de Referencias Regionales de Sanidad Animal (Larrsa), de la Universidad de San Carlos de Guatemala, sostiene que la gallinaza se le agrega a la droga únicamente para darle volumen. No obstante, no está comprobado que pueda producir un efecto alucinógeno.