SIN TAPUJOS

En esta columna me dirijo al diputado y excandidato a la presidencia por el partido VAMOS, Manuel Conde Orellana, porque no se vale todo lo que está ocurriendo en nuestro país, gracias a su ambición por la Presidencia de la República.

presidenciable de Vamos 2023

Conocí a Manuel Conde cuando se estableció la Comisión Nacional de Reconciliación (CNR), que instauró el Gran Diálogo Nacional, presidido por el Cardenal Rodolfo Quezada Toruño, ahí coincidimos para trabajar en la Comisión de Asuntos Políticos. Recuerdo que Manuel llegó representando a las iglesias evangélicas, y quien escribe representaba al Centro de Estudios Políticos, en mi calidad de presidente del mismo.

Varios de los integrantes de esa Comisión, vimos en Manuel una persona muy centrada, sincera y neutral, quizá por la representación que llevaba, pues aparte de que representaba a las congregaciones evangélicas, podía ser una persona que parecía ser neutral, ya que en la misma comisión participaban también representantes de los partidos políticos, cámaras empresariales, sindicatos y otras instancias más que se escapan de mi memoria, por lo que decidimos que fuera el presidente de la Comisión de Asuntos Políticos.

Durante el trabajo que realizamos en la Comisión, llegamos a entablar una buena amistad con algunos de los integrantes, y Conde siempre demostraba ser una persona cordial sin sesgos ideológicos, ajeno a intereses partidarios, y al concluir las funciones del Gran Diálogo Nacional, cada uno llevamos a las organizaciones que representábamos los resultados alcanzados en el mismo.

En eso vinieron las elecciones generales en la que participaron Jorge Carpio Nicolle (QEPD), Jorge Serrano Elías y otros más; ambos participaron en la segunda vuelta y el triunfo fue para Jorge Serrano, quien durante la campaña electoral, en las encuestas que se realizaron, ocupaba los últimos lugares, y fue gran sorpresa que llegara al balotaje, -se cree que fue por un debate que tuvo con el presidente Vinicio Cerezo Arévalo, ya que fue muy firme en su actuar con el gobernante-, de esa cuenta Serrano se convirtió en el segundo gobernante de la era “democrática”.

Al asumir Jorge Serrano la Presidencia, nombró como Secretario General de la Presidencia a Manuel Conde, lo cual nos causó mucha extrañeza, porque de plano cuando estábamos en las discusiones en la Comisión Política, él en forma muy silenciosa tuvo vínculos con Serrano y por eso lo nombró en un cargo tan importante, que por lo general es ocupado por personas muy cercanas al gobernante. A pesar de ello, mantuve buena amistad con Conde y nos reunimos varias veces a platicar, y seguramente, fue ahí donde le entró la ambición por el poder.

Posteriormente lo vi en una reunión política y manifestó que él tenía interés por ser gobernante de Guatemala, porque su abuelo había sido presidente, me imagino que era José María Orellana, de no muy grata recordación, porque tras el derrocamiento inesperado del presidente Carlos Herrera por un movimiento comandado por los generales José María Lima, Miguel Larrave y José María Orellana, este último tomó los mandos del gobierno y reinstaló al Partido Liberal en el gobierno. Hubo un gran retroceso ya que confiscó las imprentas de los diarios El Día y El Imparcial ya que despreciaba el periodismo, también suspendió las garantías constitucionales en 1922. Primero fue designado a la Presidencia, y luego presidente Constitucional.

En las elecciones generales del 2003, Conde participó como candidato a la primera magistratura por el Movimiento Social y Político Nacional Cambio Nacional (MSPCN), quedando en el último lugar con 10,830 votos, 0,4%. Ni siquiera obtuvo los votos de los afiliados de ese partido, considero que también debiera ser investigado por el Ministerio Público, pues ¿de dónde salieron las firmas para inscribirlo como partido político, si en las elecciones no obtuvo los votos de sus afiliados?

En las elecciones del 2019, Conde Orellana fue candidato a diputado por el partido PAN –hoy en vías de anulación-, aparece en un video en donde acusó al partido VAMOS de Alejandro Giammattei, diciendo lo siguiente: “todos saben en Guatemala quién es Alejandro Giammattei, cuáles son sus actos y cuál ha sido su vida, todos sabemos quiénes son los que integran su partido, que es un narco partido, y eso tendrá que aclararse y tendrá que despejarse ahora o más adelante”. En el mismo video aparece el diputado de VAMOS, Allan Rodríguez, quien puede dar testimonio de lo dicho por Conde Orellana.

Ahora en este proceso electoral, Manuel Conde, cambia de opinión sobre Alejandro Giammattei y sobre el partido al que acusó como un partido de narcos, no le importó lo que cuatro años antes dijo de ese partido, presentándose como candidato presidencial y “milagrosamente” alcanzó el tercer lugar. Ahora no acepta los resultados de las elecciones, porque quiere llegar a como dé lugar a la Presidencia, sin importarle que la ciudadanía no le dio la victoria para llegar al balotaje.

Me impresiona la mutación que sufrió Manuel Conde desde que lo conocí, hasta hoy día, no es posible que siga alegando de elecciones viciadas, como lo manifestó ante el Secretario General de la OEA, pero no dice nada sobre las elecciones de diputados y corporaciones municipales, pues si hubo vicios, tendría que ser en todas, y no solo en las presidenciales.

 

 

¡NO NOS VAN A CALLAR!

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