Ante el resultado de las elecciones del 25 de junio, la derecha fascista se resiste a perder el manejo del Estado. Los gobiernos oligarcas se han caracterizado por la cantidad de tiempo gobernando por medio de dictaduras, civiles y militares. Han recurrido al uso de la fuerza o ilegalidades, para tener el control político de la sociedad, garantizando su hegemonía. La función coercitiva o uso de la fuerza, ahora parece escaparse de las manos, ante un resultado electoral adverso, razón por la que plantean que hubo fraude, que el sistema electoral es disfuncional, y la necesidad del recuento de votos, pero, esto confirmó los mismos resultados. Lo cierto es que no se resignarán fácilmente a perder y podrían reaccionar utilizando recursos violentos, tomando en cuenta que el proyecto Contrainsurgente se encuentra vigente en la Constitución. Que le da funciones de Seguridad Interna al Ejército, y este se convierte en Policía Política, además su inteligencia sirve para tener el control sobre las organizaciones sociales.

Les falló, “su” propio sistema, porque no contaron con la voluntad del pueblo.  Este, harto de tanta corrupción, arbitrariedad, ilegalidad y autoritarismo, les dio un voto de castigo, en su propio juego político. La población no votó por el menos peor, sino ante la perspectiva real de decidir y realizar cambios. La derecha, en la historia, del país, ha recurrido a los argumentos de siempre, esta vez, para desacreditar el triunfo de lo que consideran una amenaza a su sistema, representada por una posición política democrática y progresista.

Han hecho resurgir el fantasma del comunismo, con los argumentos de 1954, cuando derrocaron a Jacobo Árbenz. Ahora, Fundaterror y su director, siguen repitiendo esos argumentos como letanía, acusando a Semilla de comunista, deformando esa teoría económica, que consideran una religión y eje del mal. Méndez Ruiz argumenta que se instalará el  Socialismo del Siglo XXI, que se atentará contra la propiedad privada, que se arrebatarán las fábricas y la tierra, que se impondrá el comunismo ateo y otras sandeces inventadas por la “liberación”. Ellos introdujeron la Guerra Psicológica, con la cual impusieron el miedo y el terror como recurso, para engañar e influir en la conciencia del pueblo y tener el control del país.

Desde entonces, acuñaron muchas mentiras que han perdurado durante décadas. Los asesores norteamericanos en 1954, recomendaban que se debía hacer creer cualquier patraña y divulgarla a través de los medios de divulgación masiva para que se convirtiera en verdad. Se hizo creer a la gente que los comunistas mataban a los niños para hacer jabón. Cosa más perversa no se pudo inventar y fue explotado por la liberación, la iglesia y la ultraderecha, de esa manera atemorizaron a la gente. Pero, no se puede defender eternamente lo indefendible, repitiendo las mentiras inventadas por el Departamento de Estado y la Agencia Central de Inteligencia, CIA, para justificar la invasión mercenaria de la liberación. Esos mismos argumentos y sin ninguna creatividad, se pueden encontrar en los actuales partidos políticos de la derecha fascista, que no aceptan haber perdido el manejo del Estado.

Esas mentiras, fueron aclaradas en 2003 por el Departamento de Estado de EE.UU., sobre la destrucción de 10 años de democracia. Durante dos días, se dieron a conocer documentos desclasificados, en los que oficialmente la CIA, reconoce haber planificado, organizado, financiado y dirigido el derrocamiento de Árbenz.  Aceptaron la existencia del “manual de asesinatos”, distribuido a los agentes de la CIA en el país, con los que capacitaron a los esbirros en las técnicas de tortura, asesinatos y desaparición forzada, ampliamente utilizados.

Viñeta de Filóchofo

Los desclasificados, revelan la estrategia de Washington contra la expansión del comunismo, y la desconfianza ante cualquier proyecto de nacionalismo económico. Se afirmó que Árbenz fue removido sin una prueba sólida de que fuera comunista. Árbenz fue muy claro al plantear que era necesario consolidar el sistema capitalista para desarrollar el país. Pero las reformas capitalistas impulsadas, eran demasiado avanzadas para su época, y los oligarcas conservadores y semifeudales, las consideraron comunismo, y un amenaza a su sistema económico, por lo que propiciaron el Golpe de Estado y se quedaron gobernando por 70 años, con regímenes autoritarios y dictaduras, que el Pacto de Corruptos, quiso dar continuidad.