Decía un amigo periodista que, decir “última” era una sentencia definitiva que no admite continuación. Sin embargo, la realidad actual nos enseña que el tiempo marca todas las realidades, las que pueden ser inter temporales. En esos universos paralelos, transitan dos visiones de la política nacional que son inversamente opuestas. Me refiero a ese grupo de personas que viven en un mundo paralelo o virtual en el que creen lo que postean los perfiles anónimos. Hay chats dedicados a desinformar en donde se publican verdaderas telenovelas en las que inventan todo tipo de calumnias para defender la narrativa del fraude.

Una mujer protesta frente al Ministerio Público en la Ciudad de Guatemala

📷 Omar Landaverry

No importa las veces que se les explique que están errados. Su realidad virtual los tiene enceguecidos. El odio al Movimiento Semilla o a sus integrantes, se acrecienta conforme se acortan los días para el traspaso de mando y sus esfuerzos por impedirlo se ven truncados. El colmo es que recurren a conocidos estafadores informáticos como el todólogo de garaje, alias “Popolo”, o doña Barbarita, quien salió despetacada por habérsele encontrado papelería falsa de una ONG con la que pretendía comprarle inmunidad a Jimmy y gente del partido FCN-Nación.

Doña Barbarita publica un relato tan absurdo como falso, explicando supuestos hechos de cómo se llevó a cabo el alegado fraude electoral en que participaron magistrados del TSE y empleados del mismo. Involucra a integrantes de Semilla con la intención de desinformar y aduce que hay una denuncia con pruebas de los hechos. Se tiene conocimiento de que el MP mantuvo intervenidos los teléfonos de los magistrados durante los allanamientos violando su derecho de antejuicio. Así mismo, el Congreso aprobó que se integrara solamente una Comisión Pesquisidora para todos los magistrados, en clara violación a leyes penales que pueden ser objetadas más adelante.

En esa realidad virtual que viven los golpistas, sueñan con que Bernardo no tome posesión. Saben que tienen mucho que esconder, pero ya no hay lugar en el mundo a donde puedan ir. Esa desesperación tiene trabajando a los netcenteros de día y de noche, creando contenido, haciendo TikToks en vivo con opinionistas pagados e influencers demasiado descerebrados como para tener incidencia sin darse color. Se nota que están dispuestos a inventar los disparates más increíbles con tal de convencer a sus seguidores. Un esfuerzo que resulta inútil debido a que los únicos convencidos son ellos mismos y los pocos ingenuos que cayeron en la trampa golpista.

Es de cierto interesante que, los seguidores de esa cuasi secta que venera a Ríos Montt; formaron parte de los escuadrones de la muerte o de las patrullas civiles; han tenido negocios con los gobiernos corruptos o andan en negocios turbios; sean los mismos que dicen que Trump es su ídolo. Además, defienden y vitorean a Javier Milei como el paladín del liberalismo, sin ver su evidente locura y son los mismos que comparten esos videos anticomunistas que solo pretenden infundir un miedo irracional como el que sienten quienes eso comunican.

Quedan pocos días para que los menos ideologizados se quiten la venda y aprendan a vivir en democracia. Pocos días para que los golpistas, que dicen no serlo, se queden vestidos y alborotados. Ese día, tienen planeado salir a las calles a protestar, de la misma forma en que lo hacen los 48 cantones, pese a que los critican por lo mismo. Serán unos pocos con pancartas alegando un fraude que no lograron probar ni con todo el aparato desplegado por Curruchiche, ni con las escuchas telefónicas ilegales. No es que no existiera corrupción en algunas compras realizadas por el TSE; el problema radica en la forma en que se obtuvieron las pruebas y los delitos en que incurrió la fiscal general y sus fiscalitos durante el proceso.

Sin miedo a equivocarme, a mediados de enero veremos movimientos insurgentes por parte de la derecha reaccionaria. Así mismo, tendrá lugar una revolución que podría ser la última oportunidad para salir del subdesarrollo. La turbulencia se está convirtiendo en una avalancha de desinformación que está creciendo y puede convertirse en una bola de nieve que puede aplastar a quienes la incitan.