El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, siglas en inglés) llamó a volcar la mirada y «priorizar la atención integral en la primera infancia como una estrategia esencial para el desarrollo del país». Así remarcaba su misión, hace unos días, esta organización mundial con presencia en en el país, en el marco del Día Mundial de la Infancia, donde presentaron el informe denominado «Desarrollo integral en la primera infancia: una mirada a Guatemala», en el cual se abordó la situación de la primera infancia que va desde los primeros días de nacido hasta los 5 años.

Sólo bastó una mirada a las cifras presentadas sobre el estado de situación de la niñez en Guatemala para concluir que vamos como el cangrejo: con cada gobierno se camina dos pasos en beneficio de la niñez, pero se retrocede seis. El estudio presentado por Unicef subraya el llamado a nuestras autoridades para generar la acción y priorización de vida de la niñez guatemalteca, la que, por cierto, es la del área rural la más afectada y la del sector indígena la más olvidada.

Entre las cifras y estadísticas que fueron presentadas a organizaciones que velan por los derechos de los infantes y a la prensa destacan que la desnutrición crónica en niños de hasta 5 años afecta al 46.9% de los niños y un 44.9% a las niñas; para los no indígenas, el 27.5%, y un 56.6 para el sector e indígena. Y si nos referimos a áreas urbanas sufren de este flagelo un 49.5%, y 34.9% en el área rural.

📷 Cristina Chiquín

En otras diapositivas se analiza el «Índice de desarrollo de la primera infancia: un año de postpandemia», tomando como referencia un listado de países de todo el mundo (Guatemala es el único país centroamericano) para comparar las inversiones públicas de dichos Estados en materia de educación, salud y seguridad, en el 2021, año posterior a la pandemia global de Covid-19, en 2020.

La primera diapositiva nos coloca arriba de Nigeria y por debajo de Vietnam. En resumen, Guatemala sale bastante mal parada en cuanto a recursos dedicados, ese año, en salud y educación, derivado de que el gobierno destinó muchos recursos para vacunas y nuevos hospitales por el flagelo mundial.

El último punto del informe de Unicef, y no menos relevante, es la calidad de agua potable que consumen los hogares guatemaltecos y cuya potabilización está en manos de los alcaldes. De acuerdo al estudio, la presencia de bacterias patógenas en el agua es bastante alta: coliformes totales, 81.5%; coliformes fecales, 70.1%, y E. Coli, 22.9%. Por ello tenemos como principal causa de muerte en infantes la diarrea o disentería, ya que el agua para consumo humano no es lo adecuadamente tratada.

Aun así, las cifras podrían ser más alarmantes el próximo año cuando se incluyan los datos de 2022 y 2023, por lo que es urgente que el próximo gobierno defina prioridades, aunque tiene el panorama en contra partiendo de un presupuesto nacional que podría no estar en sus manos.

Para cerrar este círculo infame de desidia y olvido hacia la niñez guatemalteca por parte de los políticos, quizás porque los niños no generan votos, se me vino a la mente aquella canción de José Luis Perales que dice “Que canten los niños que viven en paz y aquellos que sufren dolor, que canten por esos que no cantarán porque han apagado su voz…”. Un canto que me recurre constantemente en estos días,  luego de haber escuchado algunas historias desgarradoras de niñas en situación de riesgo y acoso sexual en sus entornos.

 

II Parlamento de la Niña y Adolescente

Pocos días hace que se realizó el II Parlamento de la Niña y Adolescente, donde se abordaron varios temas como la falta de cobertura en salud en áreas lejanas de los cascos urbanos de departamentos y municipios, quedando siempre la triste evidencia de que otra administración nos queda a deber en la ejecución de políticas en pro de las niñas y adolescentes de Guatemala.

📷 Cristina Chiquín

En ese marco, organizado por la Comisión Legislativa del Menor y la Familia, las niñas y adolescentes alzaron su voz y el Teatro Don Juan fue mudo testigo de lo que allí se reveló, de lo que su alma y corazón pedían gritar y ya no seguir callando.

Tristemente, muchas niñas externaron su sufrimiento por el acoso y abuso sexual del que han sido víctimas y que, en algunos casos, ha dado como consecuencia embarazos no deseados y niñas siendo madres. Una de las víctimas, Cristina*, vive en Ciudad Quetzal (San Juan Sacatepéquez), donde no puede salir de su casa sin sufrir el acoso recurrente de un hombre abusivo que la aborda con palabras obscenas. Por eso casi no sale de su hogar que resulta ser su cárcel sin haber hecho nada más que ser niña. Percibe que la gente de los alrededores la señala como la culpable, recibe miradas raras a su alrededor, así como las murmuraciones mientras confiesa que tiene muy poco apoyo de sus padres y que la solución que ha dado su progenitora es que ella no salga de casa y que debe mantenerse encerrada para evitar el acoso. Llora y dice estar cansada de vivir así, casi denotando ideas oscuras para acabar con ese sufrimiento.

De pronto, interrumpe el legislador Edgar Batres, para manifestarle que ella no está sola y que admira su coraje y pide a la audiencia ponerse de pie y unificar sus voces para expresar “¡¡¡No estás sola,  Cristina*!!!” También le aplauden las otras niñas y adolescentes.

Luego, otra niña se suma para narrar su historia mientras nadie esperaba concluir así el evento: Natalia* pide el micrófono para dar las gracias a una de las colaboradoras de Casa Joven por haberla apoyado después de ser víctima de violación.

Con sus ojos llorosos y limpiándose las lágrimas dijo que había superado su dolor y que fruto de ello tenía una hija. Las demás niñas que estaban en el recinto se quedaron congeladas, al igual que mi corazón, y todos volteamos para ver al único bebé que había en la sala del teatro. Allí había una señora (la joven abuela) cargando a una bebé que sonriendo recibió un «gracias mamá, por tu apoyo; no debemos quedarnos calladas».

Esta es la segunda vez que se realiza el Parlamento de la Niña y Adolescente, organizado y convocado por el congresista Edgar Batres, quien en sus cuatro años como diputado ha trabajado en enfoques de niñez y adolescencia.

A diferencia del primer parlamento, esta vez las niñas decidieron alzar sus voces y se hicieron escuchar sobre lo que les ha tocado vivir en un país adverso a priorizar recursos y esfuerzos por generar políticas fuertes y sostenibles para proteger a la niñez y juventudes, pilares del futuro de cualquier lugar que diga llamarse nación.

 

*Nombre supuesto