Poco se puede escribir sobre las elecciones que no se haya dicho hasta el cansancio. Sin embargo, estamos aprendiendo a lidiar con la Inteligencia Artificial como arma política; ese es un peligro, pero también una oportunidad.
Desenmascarar a los perfiles falsos, burlarse de quienes comparten esa información creyéndola real y destapar la cloaca que financia a los oponentes, será parte de la labor periodística y del activismo electoral futuro. El inicio de la era democrática estuvo manchado por la desinformación proveniente de los periódicos escritos debido a que, los propietarios empezaron a interesarse por ser los protagonistas. Se emitían panfletos que se tiraban desde avionetas o se dejaban en las calles. Los noticieros sesgados trasmitían noticias en contra o a favor.
Las sociedades del futuro lidiarán con problemas mucho más difíciles de identificar. Los más crédulos comparten información falsa porque les parece acorde a sus preferencias electorales, por lo que no se percatan del inocente engaño.
Más grave resulta la promoción de encuestas falsas como la de Canal Antigua, realizada por una empresa llamada INNOVEM, que ni siquiera posee presencia en redes. Resulta curiosa su difusión, viniendo de un medio que se dice serio, aunque sabemos que ha estado recibiendo dinero del Estado. La manipulación para dar como ganadora a la perdedora es un paso más para intentar justificar que hubo fraude. En apoyo a esta teoría, existen audios en los que se pide a fiscales de la UNE que impugnen todas las mesas. Así, justificarán pedir recuentos de votos cuando no les queden otros argumentos.
Quienes definitivamente causan pena o lástima son los netcenteros. Reciben palo a diario y siguen cacareando las mismas mentiras que quiso imponer Sandra durante el bochornoso foro que Canal 7 organizó, seguramente con el fin de tenderle una emboscada al candidato del Movimiento Semilla. Bernardo Arévalo, con su aire diplomático y con estudios de alta escuela en universidades prestigiosas, evitó caer en la telaraña y se mostró paciente ante los ataques de su contrincante.
Muchos hubiesen querido que corriera sangre, pero el candidato sigue demostrando que es posible hacer política de altura. Se puede dialogar y negociar, siempre que la contraparte esté dispuesta y tenga el coeficiente intelectual y emocional que se requiere para el puesto de Presidente. Es evidente que la candidata de la UNE carece de esos atributos y su carácter es más parecido al de su nuevo socio político Giammattei.
Me congratulo de vivir este momento histórico para Guatemala. El surgimiento de un amanecer distinto que nos hace tener esperanzas de terminar con la corrupción y enderezar nuestra ruta democrática. Vendrán días muy duros con ataques provenientes del MP y las Cortes y aún así, no podríamos tener mejores perspectivas de triunfo del bien sobre el mal.
A pocas horas de cerrar la etapa de propaganda política, solo la campaña negra y la desinformación quedan como protagonistas en las redes. En los chats, uno que otro reaccionario trasnochado sigue dando la batalla por convencer para que voten por la vieja política. Es risible observar cómo se aferran a la tabla de salvación que les tiende una candidata cuyo discurso es equivalente al de una madre que esconde las travesuras o delitos de sus hijos y los convierte en irresponsables o delincuentes.
Bernardo Arévalo del Movimiento Semilla se dirige a sus simpatizantes durante el cierre de la campaña presidencial en la Plaza de la Constitución. 📷 Fernando Chuy
La encuesta final la escribirá el pueblo con su decisión libre de votar a conciencia. El oficialismo, que pagamos con nuestros impuestos, llevará sus acarreados. Pagarán Q10 por voto a los alcaldes para que pongan buses y comida. Los empleados municipales y los maestros serán obligados a participar como fiscales a cambio de mantener sus plazas. Algunos estudiantes serán condicionados por los catedráticos y en todas las instituciones públicas habrá presión para condicionar el voto.
Contra todas las apuestas, las redes han servido de vehículo para llevar el mensaje de Semilla a todos los rincones del país sin gastar una fortuna. Este domingo asistiremos a unas elecciones que pocos han tenido la suerte de ver. Los jóvenes de hoy podrán contar a sus descendientes que acudieron a votar por el renacer de la democracia.
