El juez Eduardo Cojulúm titular del Juzgado Pluripersonal de Primera Instancia Penal de Delitos de Extorsión, giró una orden de captura en contra de Gustavo Meoño Brenner, exdirector del Archivo Histórico de la Policía Nacional (AHPN) y exjefe de operaciones del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), luego de que Meoño no se presentó a la audiencia de primera declaración luego de ser citado.

Gustavo Meoño fue director del Archivo Histórico de la Policía Nacional (Ahpn) del 2005 al año 2018.

Meoño está señalado por los delitos de asesinato y delitos contra los deberes de humanidad luego de su presunta responsabilidad en los atentados con explosivos ocurridos el 5 de septiembre de 1980 en la Plaza de la Constitución de la capital guatemalteca que cobraron la vida de 7 personas y dejaron varios heridos. La denuncia en su contra fue presentada en 2017 por la Fundación Contra el Terrorismo (FCT).

 

Se le declaró en rebeldía

Meoño Brenner debió haberse presentado a la audiencia  de primera declaración programada ayer a las 8:15 horas ante el juzgado sin embargo, se ausentó y no justificó su ausencia. Los querellantes adhesivos del caso (La FCT y la Fiscalía de Derechos Humanos del Ministerio Público (MP)) solicitaron al juez que se le declarase en rebeldía y se girara una orden de captura.

De esa cuenta, la Fundación Contra el Terrorismo (FCT), como querellante adhesivo en el caso y la Fiscalía de Derechos Humanos solicitaron la rebeldía y la orden de aprehensión, a lo que el juez Cojulúm accedió.

Sobre los atentados

A principios de los años 80 el general Romeo Lucas García era el presidente de la República y durante su mandato el conflicto armado alcanzó uno de sus puntos más álgidos. Por aquel entonces, Lucas García intentaba ganar la aprobación y simpatía de la ciudadanía a través de la organización de manifestaciones en contra de la guerrilla y el comunismo internacional.

Alrededor de las nueve una bomba explotó cerca del Palacio Nacional. La explosión se sintió varios kilómetros a la redonda. Siete personas murieron y varias resultaron heridas. Según medios de la época, 500 libras de dinamita fueron usadas para fabricar la bomba que posteriormente fue colocada en un tragante y al momento de su detonación destruyó más de una decena de vehículos y se escuchó varios kilómetros a la redonda.

Se presume que la bomba no fue colocada en el lugar correcto. La intención era destruir la oficina del presidente Romeo Lucas García. Ese día también fueron colocados otros explosivos en el Centro Cívico y en algunas oficinas de rutas de transporte extraurbano.