En el ámbito académico es frecuente escuchar hablar de la inteligencia emocional y lo beneficioso que sería que en las aulas los docentes pudieran implementar estrategias para que los alumnos las internalicen y las lleven a la praxis.

En la actualidad se tiene más información sobre el cociente intelectual, el cual permite medir las habilidades cognitivas de una persona en relación con su grupo de edad. La American Psychological Association (APA) define la inteligencia como la habilidad a través de la cual los individuos son capaces de comprender cosas complejas y de enfrentar y resolver ciertas complicaciones a través del razonamiento, el Mainstream Science on Intelligence propuso una segunda definición, en ella se postula que la inteligencia incluye las habilidades de razonar, resolver problemas, pensar de forma abstracta y planear.

📷 Danilo Ramírez

Contrario sensu, la inteligencia emocional de acuerdo con Daniel Goleman (1995), es la capacidad de reconocer las emociones – tanto propias como ajenas – y de gestionar nuestra respuesta ante ellas. La podemos definir como el conjunto de habilidades que permiten una mayor adaptabilidad de la persona ante los cambios. También tiene que ver con la confianza y seguridad en uno mismo, el control emocional y la automotivación para alcanzar objetivos.Comprender los sentimientos de los demás, manejar las relaciones (intra e interpersonal) y tener poder de influencia es básico para conseguir cambios positivos en el entorno.

La inteligencia emocional también resulta útil para tener una mejor calidad de vida. Está demostrado que las personas con una inteligencia emocional elevada tienen una vida más satisfactoria. Daniel Goleman sostiene que las competencias emocionales se dividen en dos categorías: intrapersonales e interpersonales. Las primeras se refieren a la relación que establecemos con nosotros mismos y la segunda a las relaciones que tenemos con los demás. Todo empieza por uno mismo. Es difícil de creer que alguien que se lleva mal consigo mismo pueda tener buenas relaciones con los demás.

En el paradigma educativo que prevalece en Guatemala, los docentes ponderan las conductas sobre las emociones, partiendo de la teoría conductista que define el aprendizaje como un cambio de conducta; ponderan los conocimientos sobre lo intuitivo,  o sea, todo el bagaje epistemológico de las disciplinas que imparte sobre la habilidad para conocer, comprender o percibir algo de manera clara e inmediata, sin la intervención de la razón; ponderan los resultados de las pruebas de conocimiento sobre el proceso de enseñanza – aprendizaje – evaluación el cual conduce a un juicio de valor y se expresa mediante la opinión de que ese logro alcanzado es significativo para el estudiante. El aprendizaje como lo conocemos se basa, principalmente, en la repetición de asociaciones entre conductas y resultados.

La inteligencia emocional según Daniel Goleman, nos permite gestionar nuestras emociones, entender a los demás y establecer relaciones interpersonales sanas. Se debe entender que es una combinación de habilidades, tales como: el autoconocimiento (la habilidad de reconocer y comprender nuestras propias emociones y cómo estas impactan a otros. Es el primer paso para generar una introspección de auto evaluación para identificar aspectos de conducta o emoción, ya sea para estar más en paz con nosotros mismos o para adaptarnos a determinada situación. El autoconcepto es a grandes rasgos la imagen que tenemos de nosotros mismos.).

La autorregulación (la capacidad para manejar sentimientos adversos y adaptarse a cambios. Las personas que dominan la autorregulación son buenas para la resolución de conflictos, la rapidez de reacción y la gestión de responsabilidad o liderazgo); la motivación (la inteligencia emocional nos da las herramientas para automotivarnos, con un enfoque a la realización y satisfacción personal). La empatía (nos permite comprender las dinámicas que influencian las relaciones que gestionamos tanto en la esfera familiar, como la escolar y la profesional).

Las habilidades sociales (conforma de los mecanismos necesarios para entender las emociones de otros, establecer una distancia entre estas y las nuestras al mismo tiempo que construimos un canal de comunicación para conectar con la gente con la que interactuamos. En el ejercicio de estas facultades se obtienen habilidades como la escucha activa y la comunicación asertiva verbal y no verbal.).

Las habilidades de razonamiento (CI) académicas y la experiencia profesional nos facultan para realizar un determinado trabajo. La inteligencia emocional (IE) nos da la capacidad de hacer ese trabajo de forma eficiente y eficaz alcanzando mejores niveles de rendimiento. La inteligencia emocional es tan importante como la racional para el éxito en la vida.