La antinomia social es la contradicción o conflicto entre dos principios, normas o valores sociales que se presentan como incompatibles o excluyentes. Por ejemplo, la antinomia entre la libertad individual y el orden social, o entre la igualdad y la meritocracia. La antinomia social plantea un problema para la convivencia y la cohesión social, ya que implica una tensión entre los intereses y las expectativas de los diferentes grupos o actores sociales.

Según Emilio Durkheim (1996), la antinomia social se puede solucionar mediante la integración de los individuos en una sociedad que reconozca y respete la diversidad de las funciones y las vocaciones. Para ello, es necesario que exista una solidaridad orgánica, basada en la interdependencia y la complementariedad de los diferentes órganos sociales, y que se exprese en una conciencia colectiva común que regule y oriente la acción individual. Para Durkheim, la educación en particular, tiene un papel fundamental, pues es el medio por el cual se forma al individuo como miembro de la sociedad, se le inculca el sentido del deber y se le prepara para desempeñar su rol social.

Manifestantes hacen retroceder a antimotines de la Policía Nacional Civil en la colonia Bethania, zona 7 de la Ciudad de Guatemala. 📷 Cristina Chiquín

La antinomia es un tema interesante y complejo que ha ocupado a filósofos, sociólogos y juristas desde la antigüedad. Se trata de la situación en la que dos afirmaciones o normas que parecen válidas y racionales entran en conflicto o contradicción, sin que haya una forma clara de resolver el problema. La antinomia plantea un desafío para el pensamiento humano, pues nos obliga a cuestionar los fundamentos y los límites de nuestra razón, así como las consecuencias prácticas de nuestras decisiones.

Existen diferentes tipos y ejemplos de antinomias, según el ámbito en el que se presenten, la filosófica, la jurídica, la sociológica, la política y la pedagógica por mencionar algunas. Estas antinomias muestran que tanto la tesis como la antítesis pueden ser defendidas con argumentos racionales y llegar a una síntesis concluyente, pero que ninguna puede ser refutada definitivamente. En filosofía, una antinomia es una contradicción entre dos enunciados sobre un mismo objeto o situación, que tienen una fundamentación lógica convincente por igual, en pedagogía de la misma manera una antinomia se puede dar entre aprendizaje por repetición y aprendizaje por reflexión, siendo contrapuestos pero validos para efectos de aprender.

Como se puede apreciar, la antinomia es un fenómeno que afecta a diversos campos del conocimiento y de la acción humana. Su estudio nos ayuda a comprender mejor los problemas y las posibilidades de nuestra razón, así como a buscar formas de armonizar los principios y los valores que guían nuestra vida social.

La crisis generada por las acciones emprendidas por el Ministerio Público de Porras Argueta y Curruchiche Cucul en contra del Tribunal Supremo Electoral, así como las acciones de instituciones que gravitan en el conflicto como la Corte de Constitucionalidad, la Corte Suprema de Justicia, el Congreso y la Presidencia de la República, nos ejemplifican cómo una sociedad puede generar una sensación real de antinomia social que puede tener resultados totalmente imprevistos en la coyuntura política.

Como consecuencia de la antinomia social existe una apostasía hacia el régimen republicano guatemalteco, una impostura de algunos actores de poder económico, político y social, un ominoso juego en donde el resultado previsto es la atomización social, la degradación de las instituciones del Estado y una ingobernabilidad que puede llegar a un rompimiento del orden constitucional.

Urge un gran acuerdo de nación. El llamado a presentar y convocar a esta iniciativa es el presidente electo. Es el momento de demostrar su liderazgo, de asumir que representa la unidad de los guatemaltecos.

Se debe exigir al Ministerio Público que actúe con transparencia, que no apele más a la reserva de los casos, que todo el mundo sepa qué es lo que se investiga y a quiénes. Hay que recordar que la democracia en nuestro país ha sido un proceso de largo aliento el cual ha sido manchado con la sangre de muchos de sus mejores hijos. No tiremos en saco roto ese sacrificio ciudadano.