El pasado domingo se celebró la primera vuelta del proceso electoral, hay que reconocer que se trató de una fiesta cívica, en la cual no estuvieron ausentes algunos incidentes que aunque menores fueron lamentables, pero en general no se produjo ningún altercado o hecho que fuera grave o irreparable; la población acudió a votar de manera ordenada, aunque no masivamente, si votó una cantidad significativa de personas. 👬 🗳️

Centro de votación en el Instituto Técnico Industrial del municipio El Asintal en Retalhuleu. Fotografía de Fernando Chuy

Los resultados ya todos, todas y todes los pudimos ver, hay que reconocer que sorprendieron, especialmente porque quienes se perfilaban para disputar la segunda vuelta quedaron lejos, por otro lado causaron asombro los candidatos que quedaron en segundo, tercer y cuarto lugar, pues en las encuestas aparecían lejos de esas posiciones.

Entre otros aspectos que hay que valorar se encuentran los siguientes:

Quienes estuvieron vinculados directa o indirectamente con quienes a través del discurso de odio promueven la impunidad para beneficiar a violadores de los derechos humanos, narcotraficantes, corruptos y delincuentes, que además mantienen relación con fiscales y jueces de dudosos antecedentes, fueron castigados severamente por el electorado, esto significa que la población no comparte esas opiniones.

Seguramente estas personas que buscaban la presidencia creyeron que al estar cerca de esas personas y esas entidades lograrían mayor respaldo social, pero ocurrió todo lo contrario.

El segundo se encuentra en la cantidad de votos nulos, que representan el descontento social hacia este tipo de procesos, que además constituyen una prueba del rechazo a la forma en que se inscriben partidos políticos y estos solo sirven como vehículos para quienes una determinada mañana despiertan pensando que pueden optar a la presidencia de la República.

En tercer lugar, ha sido un evento electoral en que fueron sepultadas las aspiraciones de muchas personas, que difícilmente volverán a intentar candidatearse en el futuro, aunque por otro lado no se debe descartar que quienes se consideran mesías vuelvan a empeñarse en alcanzar la más alta magistratura.

Habiendo sido un ejercicio cívico ejemplar, se pudo demostrar que este proceso fue menos viciado que el de 2019, en que quienes dirigían el Tribunal Supremo Electoral simplemente quedaron en la impunidad, puesto que nunca se investigó los distintos señalamientos que se hicieron, en lugar de estas personas, quienes hoy enfrentan a la justicia son empleados de puestos medios.

Existe confianza en que el 20 de agosto se celebrará la segunda vuelta sin contratiempos, que el pueblo acudirá a las urnas posiblemente en menor número, pero que los que acudan van a elegir sabiamente, Guatemala merece buenos gobernantes. 🇬🇹

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