El próximo 25 de junio se realizará la primera vuelta electoral para la presidencia y la vicepresidencia. En el caso de diputaciones al Congreso y al PARLACEN, así como las alcaldías será una sola vuelta y ahí se definirá quienes ocuparán esos puestos.

El voto por la presidencia, es el que genera incertidumbre, debido a que se requiere de balotaje cuando un candidato no logra la mayoría requerida, en esa segunda vuelta se resuelve quien en definitiva gobernará el país para el periodo 2024-2028, por ello será importante que cada votante analice profundamente en quien depositará su confianza, para evitar que Guatemala se suma en la corrupción y descomposición.

No hay que olvidar que el pueblo merece vivir en una democracia real, en la cual no haya persecución por expresar libremente las ideas, en donde se pueda trabajar en favor del desarrollo sin necesidad de estar viendo cómo los recursos se desvían hacia cuentas de muchos funcionarios o cómo el crimen organizado se infiltra en las altas esferas de toma de decisiones.

Fotografía de Cristina Chiquín

Fotografía de Cristina Chiquín

En caso no se llegue a tomar la decisión por depositar la confianza en alguno de los candidatos, no se debe descartar el Derecho que la Ley Electoral y de Partidos Políticos brinda, al permitir que el voto nulo sea contado y a través del mismo se pueda influir. El artículo 196 de este cuerpo legal establece en la literal C, que, si el voto nulo obtuviere la mayoría requerida, se repetirá la elección en los casos que procediere, efectuándose un domingo del mes de octubre del mismo año.

La realidad es que es poco probable que el voto nulo obtenga la mayoría requerida, que debe ser el 50% más un voto del total de votos válidos, en todo caso la repetición del proceso electoral deberá realizarse con los mismos partidos, solo cambiarán de candidatos. Lo que implicaría que el rechazo realizado por la población durante la primera vuelta, se convertiría en una victoria pírrica, porque el sistema de partidos políticos, con los mismos partidos es lo que prevalecerá en este hipotético caso, aunque políticamente sería un simbólico llamado de atención de parte de la población.

En todo caso, la población debe tener la precaución de no dejar su voto en blanco, porque existiría el peligro de que sea marcado por cualquier partido que esté en la contienda y en caso quien vota decida darle su respaldo a un determinado partido o candidato, que la haga concienzudamente, que previamente investigue si al menos cuenta con plan de trabajo.