Dentro de un mes tendrá lugar un evento trascendente que quedará marcado en la historia de la República de Guatemala como un salto en la línea del tiempo; algo parecido a la fecha de la conquista o la fecha de la independencia.

Los actores de estos acontecimientos quedarán marcados por sus acciones y serán recordados por las generaciones venideras como los artífices de una lucha estéril por el poder; o bien, como los pioneros de una nueva era de prosperidad. Imposible predecir el futuro de un gobierno que viene con nuevas ideas y formas diferentes.

Habrá ganadores que celebrarán con cautela para no importunar a los perdedores, que convertirán al Valle de la Ermita en un Valle de Lágrimas. Temerosos, varios empresarios han tenido un mal día al despertar de una pesadilla, cuando pensaron que sería un dulce sueño golpista.

Hasta hace poco, los negocios con los gobiernos corruptos fueron extremadamente rentables. La Cicig, apenas les hizo un pellizco por financiar anónimamente al partido de Jimmy. Suficiente para que los enardecidos se pusieran en pie de guerra y le dieran la espalda al pueblo apoyando al más ladrón de los presidentes de la era democrática.

Quienes sirvieron de testaferros o mandaderos, saldrán a decir que no necesitan visa estadounidense, lo que puede ser cierto, siempre que no tengan negocios, familia o propiedades allá. Los grandes empresarios que entraron en pánico por el inminente final de sus días felices como únicos proveedores de bienes esenciales, viven momentos de pánico.

El miedo los hace decir imprudencias que después lamentarán. La Unión Europea ha dado señales de quererse sumar a la presión por acabar con la intentona golpista, posiblemente debido a las declaraciones impertinentes de algunos nominados. El problema no es la visa, sino la Lista Engel.

Asumo que la  mayoría de guatemaltecos no tienen visa por no llenar los requisitos legales y financieros para visitar Estados Unidos, sin embargo, estar en una lista de actores corruptos y, derivado de ello, perder el privilegio, es completamente distinto. Especialmente para aquellos empresarios con negocios, cuentas, propiedades y familia en ese país.

Obtener una visa para visitar México o Canadá, es un trámite engorroso que puede tardar varios meses. Estos países también están muy ligados al sistema financiero estadounidense. Hay razones para entrar en pánico, porque los grandes consorcios dependen de las relaciones comerciales con muchos países que, probablemente, no estarán dispuestos a relacionarse con empresarios que han sido marginados por su socio comercial  más importante.

Resulta cómico escuchar o leer los desplantes de los sin visa. Son un reflejo de su inmadurez, estupidez y falta de escrúpulos. Aún así, están resueltos a continuar con las acciones para quedarse en el poder. Los negocios que esconden, las plazas exentas que otorgaron a sus familiares, lo que se robaron de los programas sociales y que después salieron a vender en los mercados locales, las compras sobrevaloradas de galletas y frituras, todo, todo, todo se pagará…

Esa canción, que se ha vuelto un símbolo de la resistencia por la democracia, interpretada por músicos guatemaltecos, es un presagio para los que están en ese trance entre el pánico, el arrepentimiento y la osadía de continuar con el golpe a pesar de las consecuencias.

Si usted es de esos funcionarios que recibieron un porcentaje por las compras y contrataciones del Estado, o de esos empresarios que untaron la mano de los diputados para aprobar leyes y presupuestos mercantilistas, seguramente tendrá una indigestión durante las fiestas de fin de año. Más tarde, cuando el gallo cante, sin importar las veces que niegue sus delitos, la verdad saldrá a luz y el momento de pánico se transformará en vergüenza para usted y para su familia.