Esta semana nos sorprendieron las filtraciones de la cubana Bárbara Hernández quien grabó una conversación con el ex alcalde de Villa Nueva, Edwin Escobar, en donde relata la infame trama sobre el evidente fraude electoral.

El grupo de partidos insignificantes llevan el objetivo de meter mini bancadas de diputados fácilmente comprables, como lo hicieron con los partidos grandes y pequeños desde que se inauguró Giammattei en el gobierno. La aplanadora oficialista identificada como #PactoDeCorruptos se ha mantenido con la ayuda de Sandra Torres, quien desde el primer día negoció la presidencia del Parlacen para su hija Nadia De León. Nos quisieron vender la idea de supuestas desavenencias con su yerno y el remedo de partido que es Nosotros, pero todo  obedece a un plan bien estructurado del que ya teníamos conocimiento y que ha sido confirmado por Edwin Escobar.

Para hacer un análisis efectivo recordemos que, con excepción de las bancadas de diputados del  MLP, Winaq, Semilla y VOS, el resto de los diputados han sido aliados de Vamos. Aunque sus candidatos salgan con un falso discurso anticorrupción, en realidad se vendieron por puestos en la JD del Congreso, plazas para familiares o favores para dejarlos participar como candidatos.

Fotografía de María José España

No sorprendente que la bancada Valor-Unionista sea aliada de Giammattei, pero me extraña que Barbara Hernández diga que hay que votar por Zury porque va a perseguir la corrupción. Todo esto parece compadre hablado. Tomar distancia a estas alturas, no le sienta bien a la candidata cuyos diputados avalaron compras anómalas, Estados de Calamidad y la corrupción de Miguelito, todo por el miedo a no ser inscrita. Es la misma amenaza que pesa sobre todos los candidatos que están advertidos de entrar al juego o quedarse fuera de la contienda.

Las cartas están marcadas. Sandra es parte de esa alianza oficialista que le ha permitido estar en la jugada, o de lo contrario estaría en la cárcel. Mulet también está siendo coaccionado por medio de una denuncia que le inventó el fiscal Curruchiche con el aval de la fiscal general, para amedrentarlo y alinearlo con el oficialismo. El gobernante y su operador Miguelito le tienen puesto el pie a todos los magistrados del TSE. Así de grandes serán sus pecados que no se atreven a sublevarse para no perder las plazas y los favores que se intercambian, cual partida de naipes, para mantener a todos los sectores dominados.

La balanza de poder está condicionada por una Corte Suprema de Injusticia que lleva tres años con el período vencido. La llave para deshacer el entuerto está en el Congreso, pero mientras llegan las elecciones y se logran colar varios corruptos, ese tema estará engavetado.

Los votantes no tenemos que ser demasiado inteligentes para saber que NO debemos votar por los partidos que vendieron su voto cuando se eligieron magistrados del TSE y la CC; son los mismos que se abstienen de elegir nueva CSJ y se dejan coaccionar por el oficialismo. Uno de esos partidos corruptos es Podemos, cuyo líder Roberto Arzú anda pregonando que lo dejaron fuera por no alinearse, pero su bancada no parece estar alineada con su discurso. Los candidatos de Viva, Todos, Bien, Humanista, FCN-Nación, y otros micro partidos están siendo utilizados como vehículo para meter diputados que no tuvieron cabida en Vamos, como los arrimados de UCN que, de resultar electos estarán prestos a servir a un nuevo amo por uno módica suma.

El golazo que le metió la cubana a Edwin Escobar merece atención del Ministerio Público, pero es sintomático que Bárbara Hernández se declare fanática de Zury. Se podría intuir que gente como Enrique Degenhart del unionismo podría estar detrás de este destape que tendría el objetivo de mejorar la intención de voto de la candidata oficialista. Otras lecturas indican que a Zury le dieron la espalda. Ahora se vuelcan hacia Mulet, con tal de salvar el pellejo de Pinky y Cerebro. Pero la jugada todavía sigue. Un despechado Carlos Pineda le ha declarado la guerra a Mulet. Sin duda quieren a Zury y Sandra en la segunda vuelta.

La trama de las cartas marcadas es notoria. Debemos comprender que la única alternativa para cambiar la estrategia del poder corrupto es votar por un partido de los que siempre estuvieron en contra. Si seguimos esta regla, sabremos a quiénes escoger. El Congreso es la pieza clave para hacer un cambio de cartas y luego destapar el juego perverso de los corruptos.