Durante las recientes 2 legislaturas vimos cómo los diputados y diputadas miembros de una alianza denominada como “Pacto de corruptos” recibían órdenes directamente del poder ejecutivo y aunque no les gustara tenían que hacer o votar como el presidente de la república quisiera, ¿Por qué? Porque recibían una especie de salario al tener un ingreso mensual proveniente del ejecutivo o porque tenían compromisos con el ejecutivo por la forma en que se pagaban los favores, otorgándoles obras en donde recibían comisiones o dándoles plazas que a lo mejor no eran fantasmas, pero por las cuales también recibían una comisión. Un problema que debemos reconocer viene de hace muchísimo tiempo atrás y hasta que se aprobó la ley de acceso a la información se hizo público.

La semana reciente no estuvo libre de polémica luego de que los diputados habían aprobado una nueva junta directiva del Congreso producto de un acuerdo tuvieron que volver a elegir una nueva junta directiva a raíz de la decisión de la Corte de Constitucionalidad (CC) de repetir la votación sin dañar el proceso de transición de gobierno. La nueva directiva obtuvo incluso más votos que la que fue anulada, pues era realmente tonto quedarse del lado de quienes habían perdido la elección anterior y que ahora no tenían cómo presionar para que votaran por una planilla que al final ya ni siquiera pudieron presentar por la cantidad de diputados afines que fueron perdiendo.

Cuando una persona le paga a otra se convierte automáticamente en su jefe y en este país lamentablemente muchos jefes acostumbran a tratar mal a sus trabajadores. Esta semana vimos cómo los que estaban acostumbrados a pagar para conseguir sus objetivos quisieron seguir manteniendo ese poder y como no les aceptaron el pago que estaban ofreciendo por el voto empezaron a presionar, a amenazar y se sabe que hasta a gritar con faltas de respeto a quienes de una forma u otra les iban diciendo que ya no querían estar de ese lado de la historia porque ya no les convenía o incluso porque tenían miedo de seguir allí.

Junta directiva del Congreso de la República de Guatemala (2024 -2025)

Votar en el Congreso de la República por convicción, porque realmente se quiere cambiar de posición, por una negociación a cambio de intereses legítimos, correctos y legales tampoco es fácil inclusive puede llegar a ser mucho más difícil que simplemente hacer caso porque me pagan o dar órdenes porque pago porque cuando una de las partes no cumple, cuando las reglas del juego cambian o cuando se abren nuevas negociaciones, los acuerdos deben volver a tratarse y entonces vemos lo que pasó la reciente semana en el legislativo, en donde las presidencias de comisión serán electas pero no como se hacía antes, ni en las fechas esperada, porque las condiciones han ido cambiando.

Quienes conocen de política saben que es mejor tomar decisiones lentas y basadas en acuerdos, esperar a que las cosas vayan saliendo poco a poco pero sin que haya a cambio algún pago o entrega, satisfacción de intereses no legales y tampoco morales, porque al final esas decisiones lentas basadas en acuerdos llegarán más lejos, serán de largo plazo y establecerán una buena relación, una mejor confianza y ante todo irán cambiando la imagen que la población tiene de la clase política, pero en especial, la pésima imagen que tienen los diputados y diputadas del Congreso de la República.

A muchos les cuesta creer que hay políticos que han actuado decentemente o que han pertenecido a un partido señalado y que ahora quieran estar de lado donde se pretende hacer las cosas con más transparencia y sin pagos en efectivo o en especie para aprobar ciertos temas, creo que como mínimo hay que tener un poquito de fe y de esperanza y darle a este proceso el beneficio de la duda y confiar que aunque no tenga experiencia y se empiece ya a ver en algunos casos la prepotencia, el río irá encontrando poco a poco su cauce, evitando así que se desborde ni haga daños como los que de verdad suceden cuando un río se sale del cauce, cuando arrasa con lo que encuentra a su paso, porque así han arrasado con el dinero de la población.

Esta semana escuchamos a muchos decir que ya empezaron con lo mismo de siempre, no aprueban comisiones y no se reúnen, pero cuando uno hace un análisis de lo que realmente está pasando vemos que viene algo mejor, es cierto que no vamos a estar de acuerdo en todo, dijeron los diputados, pero esperamos que se pongan de acuerdo en aquellos temas que sean por el bien de la nación, a través de acuerdos que pueden ir variando pero no pueden dejar de cumplirse y tampoco se puede exigir que voten sin conocer las propuestas como solía sucedes en las legislaturas anteriores cuando se recibía algo de manera ilegal obscura, por debajo de la mesa.

El que Bernardo Arévalo y su vicepresidenta hayan tomado posesión no quiere decir que Guatemala ya se compuso y que las cosas cambiaron, quiere decir que al final no hubo golpe de Estado y el Ministerio Público (MP) no ha podido presentar pruebas contundentes para decir que hubo fraude y no ha logrado llevar a los tribunales a una sola persona por todos los hechos que dicen que sucedieron. Estos supuestos delitos tienen que ir acompañados de pruebas y estas pruebas deben ser presentadas ante los tribunales de justicia correspondientes y presionar para que haya sentencias.

Mientras tanto seguiremos viendo cómo las cosas caminan lentamente, cómo los congresistas van a seguir peleando y discutiendo, pero todos con la fe y la esperanza de que no sea por dinero o por plazas, si no peleando por sus posturas ideológicas, peleando por sus programas de gobierno, por sus intereses ante los votantes y en especial, procurando que las cosas se hagan con transparencia de cara a la población y con recursos propios que deberían abundar cuando no se los roban.

Porque, aunque ustedes no lo crean se ha descubierto que hasta en los consejos de desarrollo para proponer una terna que de ahí escoja el presidente al nuevo gobernador o gobernadora existe corrupción y le piden a los candidatos o candidatos ciertas cantidades de dinero para ponerlos en la terna. La expectativa es muy grande, la ilusión es más grande aún y la tarea es interminable porque no se puede dejar a la población desilusionada porque esta vez pareciera que puede ser una de las últimas oportunidades de cambiar la forma de hacer política, de hacer gobierno y de llegar a acuerdos con la misma población.

📷 David Toro

Ojo con los diputados y diputadas que antes estaban del lado oscuro y ahora están del otro lado, que no sabemos cómo se van a comportar. Los ojos de toda la población, de los medios de comunicación y de los propios políticos a quienes ustedes dejaron atrás los están observando y estarán encima.