La ciudadanía guatemalteca se manifestó el domingo 20 de agosto en contra de la corrupción y la impunidad imperante en este conservador sistema político guatemalteco y se pronunció por un cambio de rumbo en esta triste y lúgubre patria nuestra que como lo expresa muy bien La Chalana: “Patria, palabrota añeja por los largos explotada; hoy la patria es una vieja que está desacreditada. No vale ni cuatro reales en este país de traidores; la venden los liberales como los conservadores”.

La ciudadanía votó por un cambio de dirección en la política nacional. Demostró que esta harta del latrocinio y la narcocleptocracia que ha permeado a todo nivel la sociedad guatemalteca. La clase política es hoy día junto con las cortes de justicia, las mega iglesias evangélicas, el rector de la Usac, los militares, empresarios y los órganos de control gubernamental, de los sectores más desprestigiados desde el punto de vista ético y moral.

Son innumerables los casos de diputados, alcaldes, pastores evangélicos, dirigentes sindicales, jueces, fiscales, rectores de la USAC y funcionarios públicos del gobierno central  acusados por corrupción, extraditados por narcotráfico y miembros honorarios de las listas Engels y Magnitsky del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América.

📷 David Toro Escobar

El guatemalteco ante tanta podredumbre dejó una vez mas el nihilismo que lo acompaña como una sombra perenne e inmutable y fue a votar, esta vez por lo que interpretó colectivamente, que puede ser el artífice político de ese anhelado cambio: El Movimiento Semilla encabezado por Bernardo Arévalo.

Los guatemaltecos en general hemos transitado en el mal vivir o en el vivir mal, tenemos una brecha de desigualdad de las mas grandes en el mundo y esto se refleja en que tenemos los peores indicadores de desarrollo humano en la región. Sesenta por ciento de pobreza y veintisiete por ciento de pobreza extrema. La peor calidad educativa y el peor servicio de salud en Centroamérica.

Pero como cualquier grupo social anhelamos vivir bien. Esta es la oportunidad que el pueblo de Guatemala esta dando al Movimiento Semilla para realizar una buena gobernanza. Entendiendo la buena gobernanza como el proceso mediante el cual las instituciones de gobierno manejan los asuntos públicos con eficiencia, eficacia y transparencia y gestionan los recursos públicos para promover el Estado de derecho y el ejercicio de los Derechos Humanos (derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales).

Se debe entender que el guatemalteco votó con el anhelo del buen vivir. Que las instituciones publicas le garanticen un desarrollo equilibrado, un desarrollo biopsicosocialespiritual en armonía con el desarrollo económico y el respeto por el medio ambiente. Un equilibrio natural entre el Estado el mercado y la naturaleza y en el centro de todo, el ser humano viviendo bien.

Es importante que el Movimiento Semilla explore todas las posibilidades para garantizar una buena gobernanza. La utilización de las políticas públicas como herramienta para lograr la solución a los problemas mas ingentes de la población es un desafío a su gestión gubernamental a partir de 2024.

Se debe reconocer, que una amplia mayoría de los 2 millones 441 mil votos recibidos este domingo 20, son votos contra esta cloaca de sistema político que tenemos en Guatemala, votos de castigo contra Sandra Torres quien se erigió en este balotaje electoral como la gran representante del Pacto de Corruptos que tiene cooptado al Estado y en la miseria a millones de guatemaltecos.

📷 David Toro Escobar

Un gobierno fuerte necesita que su binomio ejerza un liderazgo transformacional, se deben rodear de equipos de profesionales con la expertise y conocimiento disciplinar en cada una de las áreas de la administración pública, que puedan facilitar  consensos en los procesos de transformación del servicio público, que conciten el fortalecimiento institucional, que aboguen por mejorar las condiciones laborales de infraestructura y emocionales  de los servidores públicos que están tan afectadas luego de los desgobiernos de Morales y Giammattei.

Se tienen 4 meses y medio para preparar una planificación institucional que permita a futuro el buen vivir de los guatemaltecos. La expectativa creada en torno a Bernardo Arévalo es muy grande, se debe realizar un exitoso trabajo en los primeros cien días, para que el ciudadano no cambie de parecer.