La democracia es un valor fundamental, que debe ser fortalecido constantemente tanto por las instituciones del Estado como por la misma población, además está garantizada por la Constitución Política de la República, que obliga a que haya respeto a los derechos humanos y además oportunidad de desarrollo, a través de ella es posible que se mantenga o se construya la paz y lo más importante, que se establezcan garantías que permitan seguridad para toda la población, entendiendo esa seguridad como el acceso a la educación, salud, empleo, vivienda digna y además la confianza de no ser asaltado, muerto o víctima de cualquier otra figura delictiva.
Para el mantenimiento de la democracia se requiere instituciones fuertes que sean administradas por funcionarios honestos y que en el caso de los que son elegidos para un determinado periodo de tiempo que exista la garantía de que no se mantendrán en el puesto, para ello es importante la aplicación de un principio que es fundamental para el buen funcionamiento del Estado, me refiero a la alternabilidad que no es más que “la posibilidad real de que los gobernantes o autoridades que ostentan el poder en un Estado o en un Gobierno sean relevados periódicamente mediante mecanismos legales, principalmente electorales, a fin de que determinados partidos o personas no se perpetúen en el poder”.
Hay casos en los que podría existir la intención de algunos por mantenerse en sus puestos, en estos casos se abren fisuras en la sociedad, pues se genera la percepción colectiva, de que si una institución estatal es objeto de cualquier tipo de alteración, podría ocurrir algún tipo de abuso y por lo mismo a partir de ahí se podría empezar a perder la confianza en las instituciones.
He ahí la importancia de garantizar que cada profesional que ocupe uno de esos puestos lo haga en el tiempo perentorio, dicho proceso de transición permitirá que se produzca el cambio en el periodo pre establecido por la legislación, de esa manera será se podrá impedir que funcionario, el mantenimiento podría generar vínculos entre el funcionario y una o varias personas y esa relación se podría convertir en una práctica de favores.
Toda sucesión de funcionarios en los diversos puestos fortalece la democracia y garantiza el Estado de Derecho.